divendres, 8 d’agost del 2008

El Ganso, y los patos de la Marquesa


El Ganso, y los patos de la Marquesa
Si hoy preguntásemos a cualquiera de los ya escasos habitantes de esta localidad a que se debe su nombre, es fácil que al igual que yo recuerdo haber escuchado en multitud de ocasiones, digan que "era allí donde se guardaban los patos de la Sra. Marquesa". Para aumentar la confusión, se podr¡a añadir lo que al respeto opinan algunos "eruditos", para los que "la localidad de El Ganso recuerda una vieja tradicion de esot‚ricos e iniciados que aseguran que El Camino de Santiago es en realidad un gran Juego de la Oca, con sus puentes, esfuerzos, cárceles, posadas peligros y hasta la muerte, pero tambi‚n con ocas benefactoras, hijas de la suerte. Una de ellas corresponder¡a a El Ganso (León, paso a paso).
Dejando de lado las curiosidades, creemos que la primera cita documental se remonta a mediados del siglo XVII (26 de septiembre de 1.156), cuando Juan Gotez y su esposa Gelvira Alvitis entregan al Monasterio de San Pedro de Montes "... una tierra que tienen en Turienzo, en la v¡a de Rabanales, en el lugar llamado Cassum". En mi opinión, es en ese topónimo, de referencia vegetal, donde debemos situar el porqué del nombre de nuestro pueblecito.
Doscientos años despu‚s (28 de junio, 1.350) ya aparece con su nombre actual, en un documento en el que Bartolom‚ Mart¡nez, Chantre de la Catedral de Astorga, dona a los Canónigos y Cabildo lo que hab¡a heredado en el hospital del Ganso y en Castrillo de Rechivaldo. Según otros, a mediados del siglo XIII, los Premonstratenses de Santa Mar¡a de Villoria de Órbigo, poseían all¡ un monasterio.
La localización que especifica en la vía de Rabanales es absolutamente correcta, pues en El Ganso se bifurca un camino, que en su versión Norte dirige a Rabanal Viejo y La Maluenga, mientras que la meridional es la archiconocida ruta jacobea. Caminos que muy probablemente tuvieron su origen romano como v¡as de servicio mineras, y que motivaron el quizás primer asentamiento, en un pequeño recinto tipo corona, apenas a un kil¢metro al oeste del pueblo y donde aparecieron vestigios de edificaciones de tipo rectangular, abundante escoria de hierro, y enterramientos en vasija.
El hecho de que contase con un hospital para peregrinos, hizo que su nombre apareciese escrito de muy diversas maneras en documentos y guias de peregrinaci¢n, y as¡ podemos encontrar referencias al "Hospital de Arriba", en contraposici¢n al de Santa Catalina, que era conocido como "Hospital de Abajo", en contraposici¢n al de Santa Catalina, que era conocido como "Hospital de Abajo", e incluso a veces se le denomina "el Hospital Grande" (?).
Desconocemos cuándo se integró, pero El Ganso perteneció al Señorio que en Turienzo de los Caballeros, mantuvieron los Marqueses de Astorga, y sin tener -creemos- nada que ver con los patos de la Sra. Marquesa, lo que si es cierto que El Ganso era algo as¡ como el celador de los montes y términos de los Cuartos de la Ciudad de Astorga, tal como aparece en el poder que el Concejo de Santa Marina otorga en 1.788 para pleitear contra dicho pueblo y que no fue sino uno m s de los muchos enfrentamientos, que por motivo de los aprovechamientos de esos terrenos tuvo que mantener con Pedredo, Santa Catalina, Turienzo, Santa Colomba, etc.
Creemos que nunca fue un pueblo eminentemente maragato, por cuanto no parece que tuviese ni muchos arrieros, ni de renombre. En el Padrón de la Moneda Forera de 1.674, constan 36 vecinos m s el cura, y en la Lista de Vecindario de 1.718, vemos que la situaci¢n ha dado un vuelco impresionante "a peores", ya que:
"Resultan 9 vecinos y el cura párroco, se compone de 20 casas, incluso en ellas los pajares y corrales de ganado todo ello pajizo y de poco balor. No hay casa de ayuntamiento, ni carzel ni carnizeria ni p¢sito ni taberna ni otra que sea publica o propia del concejo. Tambien no aber en dho. lugar conbentos algunos ni mas iglesias ni templos que la susodha. parroquial de Santiago y una hermita de Santa Olaia".
Y en hablando de Iglesias, la de El Ganso pertenece a ese grupo, bastante numeroso, de iglesias maragatas en las que el pueblo mantiene elderecho de presentación (a mi juicio, reminiscencia de las "Iglesias Propias") por lo que el párroco, dos veces al año, Pascua de Resurrecci¢n y Nacimiento, ten¡a que obsequiar a los vecinos con roscas de pan de trigo con huevos, o una escudilla de castañas (sanas y buenas), así como "dos veces de bino medidas por una taza de plata o por una escudilla blanca de madera, de bino limpio y sano y bueno en olor, color y sabor" (Protocolos en Turienzo. 1.677, folio 62).
Tenemos otros dos documentos relativos a la iglesia de nuestro pueblecito santiaguista. El primero, de finales del siglo XVII (1.699, junio 6)nos habla de que D. Juan Antonio de Arrojo, de oficio Maestro Dorador y Pincelista, vecino de la ciudad de Astorga, se encargó de "dorar el retablo mayor de dha. Iglesia y dos colaterales que tambi‚n hay en ella, uno del Anjel de la Guarda, y otro de San Venito", a cambio de quatrocientos ducados de vellón pagaderos en tres terzios iguales, mas casa y leña.
Casi un siglo después, el 27 de junio de 1.774, se ajusta en 2.000 reales la obra para reedificar el portal de la Iglesia, dej ndolo en su actual aspecto, pues "... el portal que al presente tiene la dha. Iglesia parrochial de El Ganso esta constituido en varias imperfecciones y ruinas por su muchas antiguedad..." Quizás alguna de esas antiguedades sea lo que con aspecto de basamento de pórtico, se encuentra desde hace muchos a¤os a la salida de poniente del pueblo, y que hoy luce coronado por una cruz.
En la actualidad, si bien que muy frecuentado por los peregrinos que lo cruzan, El Ganso dormita el sueño del tiempo, con su puñado de vecinos, salvo en los meses de verano en que las casas se abren para recibir a los hijos que andan en la di spora, pero quedan ya muy lejos en que, en lugar de patos, ten¡an encomendada la tarea de cuidar de las tierras de la Marquesa.

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